Los cometas son amalgamas de cantidades variables de hielos de agua y dióxido de carbono, rocas, polvo, y varias trazas de moléculas - incluyendo sodio, detectado en el Hale-Bopp en 1997. Estas "bolas de nieve sucia" son intrusos que provienen de los confines de nuestro sistema solar, y se cree que representan los últimos vestigios de la vasta nube de gas interestelar a partir de la cual se formó nuestro sistema solar.
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